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No.9    2009 – 2010

CARTA PARA TODOS

 

 

 “MIRAR CON LOS OJOS DE JESÚS”

 

                                     “Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtatela… y si tu pie, córtatelo… y si tu ojo,  sácatelo” Marcos 9:43-48

 

Que bellas palabras las de Jesús y es bueno entenderlas y no tomarlas literalmente: las manos se hicieron para continuar la obra de Dios, para abrazar como Jesús abrazaba a los niños, para construir, para acariciar, levantar, sostener, ayudar; cortarla es empezar a utilizarlas para el bien.

Los pies se hicieron para caminar hacia el cielo, si andabas por un mal camino, Jesús te pide que empieces de nuevo eso es cortar… caminar hacia Dios con buenas obras, pagando lo justo a tus trabajadores, ¿tu empresa está mal?, ¿tienes problemas económicos?, revisa con quien has sido injusto, a quien has defraudado, ¿has pagado el diezmo en la iglesia, en los pobres? Eso es un nuevo caminar. Y tu ojo, has mirado con indiferencia, con prepotencia, con ira, con desconfianza en la providencia de Dios. A partir de esta carta te damos unos elementos de reflexión para que empieces a mirar con los ojos de Dios las maravillas de su creación, para que mires lo que le agrada y descubras lo que le desagrada.

 

Tenemos que formar en valores, en las escuelas, en los colegios, en la universidades, pero fundamentalmente en el hogar, por falta de valores hemos cometido tantos errores que desagradan a Dios. Las pirámides son un rechazo a los bancos que en vez de dar intereses, quitan el dinero sobre todo a los pobres, con el manejo de tarjeta y con cobros exagerados por las transacciones. Es urgente un plan de vivienda para los pobres, con el minuto de Dios, con Servivienda. No basta con miles de regalos a los niños en navidad, las fundaciones y la empresa privada, se deben meter la mano al bolsillo para mitigar el hambre, para volver al campo; si se hace esto, si hay justicia social, todos los conflictos se irán arreglando.

 

Todos somos hermanos debemos rodear y respetar a nuestra autoridades como dice San Pablo, hacer marchas en paz como la del 4 de febrero del 2008 sin disturbios, sin gritos de odio, esto no se cambia con odio, se cambia con amor “Jesús nos enseñó que el mal no tiene la última palabra, que el amor es más fuerte que la muerte”. La violencia engendra más violencia (Mateo 26:52)

No hay que hablar mal del país, no hay que aplaudir las injurias de personas que están muy lejos de Dios, porque si estuvieran cerca de él unirían, la prueba de que Dios está en alguien es la unidad, el amor. (Juan 17:20-21)

 

No nos podemos dejar llevar de personas que nos quieren dividir, la división viene del demonio, debemos compartir no lo que nos sobra, lo que nos duela, lo que nos hace falta, como citábamos a San Basilio en la Carta No.7. Eso es empezar con nuevas manos, nuevos pies y nuevos ojos.

 

Como podría cambiar el mundo si las personas buenas que son más fueran apoyadas, si no existiera tanta envidia, si envidia, alguien hace algo bueno y todo el que no hace nada empieza a buscar como desprestigiar la buena acción; cuántas personas no derramaron lágrimas cuando verónica una niña de Cartagena Colombia, de tan solo 11 años, pidió 200 pares de zapatos para los niños que vió descalzos en una actividad de caridad de su colegio en un barrio pobre y las personas y empresas generosas respondieron con más de lo que ella pedía; que generosidad la de una señora de una prestigiosa revista que pidió que le compraran unas camisetas para ayudar a las mujeres más pobres enfermas de cáncer y en unos minutos ya le habían respondido a su petición varias personas; y una estación de radio ayuda anualmente a los soldados héroes heridos y cercenados por la barbarie y cuántas personas y empresas respondiendo con abundancia; esto es lo que cambia el mundo y le agrada a Dios, lo que no saben los que hacen las donaciones desinteresadas, es que todo lo bueno que hacen se les devuelve el céntuplo.

 

Calladamente los Misioneros de Cristo Rey hemos trabajado durante más de diez años en varios departamentos de Colombia y cuántas vidas de jóvenes, padres y maestros han cambiado por la predicación de la Buena Noticia de Jesús “el amor”.

Son más de 5.000 jóvenes y niños, miles de padres y cientos de maestros a los que llegamos anualmente. Tú también puedes hacer otro tanto, ¿qué estás haciendo para mirar con los ojos de Jesús?                                                               

 

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