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Número 4. 1999

CARTA PARA TODOS

 

“VIVIMOS COMO SI NO FUÉRAMOS A MORIR”

                                                                 

“Jesús estaba observando y vio como los ricos depositaban sus ofrendas para el templo. Vio también a una viuda pobrísima que echaba dos moneditas. Y dijo Jesús: “créanme que esta pobre viuda deposito más que todos ellos. Porque todos dan a Dios de lo que les sobra. En cambio, la pobre dio lo que tenía para vivir”. (Lucas 21. 1-14)

 

Nada te llevaras cuando te marches, este podría ser el otro título de esta carta, pero la verdad es que te llevaras muchas cosas, no materiales, pues las cosas materiales las puedes perder en unos pocos segundos; te llevaras todas las obras de caridad, todo tu desprendimiento personal, todas las buenas acciones que realizas, primero con tu familia, con tus vecinos, tus compañeros de estudio, de trabajo y de una forma muy especial con los pobres.

 

Has mirado últimamente tu ropero; tus zapatos; te fijaste cuantas cosas tienes guardadas que no usas, cuantos objetos innecesarios compraste en las ultimas festividades; las comidas de demás que ingeriste, la que arrojaste a la basura, el licor excesivo que tomaste?... y para todo tuviste dinero… y para Dios, en los pobres, en tu parroquia, en los niños de la calle cuánto diste?... monedas, las que te sobraron de las compras en efectivo y no hablamos solo a los adultos, los jóvenes cuánto gastan en hamburguesas o en comidas que prueban, desprecian y dejan, en licor los fines de semana en tantas cosas que no usan… entonces no digas que nadie te lo advirtió, vivimos como si no fuéramos a ver el rostro dulce del señor que nos dirá “Tuve hambre y…(Mateo 26, 42-46). Oremos por nuestros muertos que viven para el Señor, pero los que cada día amanecemos vivos tenemos otra oportunidad quizá la última para cambiar de actitud, para luchar por el amor, la justicia, la paz, para luchar por nuestra familia.

 

Ahora que estas vivo seas joven o tengas muchos años piensa que “nadie sabe el día ni la hora del final solo el padre” (Mateo 24, 36) no seamos tan despreocupados pero tampoco tan temerosos ni creamos a las especulaciones y a los alarmistas y fanáticos que hablan de tragedias y del final aun colocándole fecha; lo mejor es: “Llenos de fe, esperanza y amor estar siempre preparados”.

 

Si la naturaleza que es de Dios se conmueve no temeremos (salmo 46, 3-6) sin embargo después de tantas tragedias en nuestros países, no solamente salen a reducir los afectados, sino que también aparece toda la miseria ante la cual pasábamos antes diferentes. Qué bueno que siempre fuéramos solidarios, , abundaría el pan, el vestido, la vivienda digna y bien construida, los hospitales bien dotados, los centros de socorro bien preparados, los centros educativos y la familias llenas de maestros, padres alumnos y amigos en busca del crecimiento de los valores humanos y, no enemigos en competencia, por la razón, por una nota y además unos y otros intolerantes, con lo cual no se descubre el amor, la verdad y la ciencia de los lugares donde los jóvenes (razón de ser de nuestro trabajo misionero) pasan el mayor tiempo de su vida de formación.

 

Si reestructuras tu empresa y dejas una persona sin empleo, dejas una familia sin sustento; si limpias el espacio púbico de tu ciudad de vendedores ambulantes y no les buscas alternativas de trabajo antes de, son otras familias que se quedan sin el pan de cada día, pero también sin el pan de la esperanza. Si abandonas a tus hijos , a tu cónyuge, sin luchar por el hogar, si juegas con los sentimientos de las personas, si sigues matando…sentimientos, ilusiones, si sigues con tu mal genio, tu ira, tu odio, tus palabras ofensivas; si aumentas cada mes los precios de los artículos que vendes en tu negocio, si adulteras tu taxímetro, si eres ventajoso y te aprovechas de los demás, si no das el peso justo (proverbios 11, 1), si robas, juegas tu dinero y tus propiedades, si eres apegado a las cosas materiales, posesiones, negocios, fincas, casas, objetos; estas muy lejos del Reino de los Cielos 8Mateo 5,20).

 

Doblega tu orgullo, si necesitas ayuda pídela, si puedes darla ofrécela. Entrega todas tus necesidades a la divina providencia y nada que sea para tu bien y el de tu familia te faltara, pero si Dios te ha dado abundantemente sé generoso, como la viuda pobre que a los ojos tiernos del Rey de la sencillez, Cristo Rey, fue la que más dio, por eso ya contempla el rostro del padre…no esperes a mañana para cambiar de actitud, tal vez mañana ya no existas.

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